El galvanizado por inmersión en caliente es un proceso mediante el cual se consiguen recubrimientos de zinc sobre piezas y elementos de hierro y acero por inmersión en un baño de zinc fundido, a una temperatura comprendida entre 440-500ºC.

El objetivo de este proceso es conseguir la protección de las piezas y elementos metálicos frente a la corrosión por humedad y contaminación ambiental.

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“El resultado es una aleación, más que una capa de recubrimiento”

El galvanizado en caliente es una protección anticorrosión que se le aplica al acero. Ofrece unas excelentes características de resistencia a la oxidación y garantiza una larga durabilidad al producto.

Fases del galvanizado en caliente

Recepción y embarque

Desengrase ácido

Decapado

Lavado

Fluxado

Secado en horno

Galvanizado

Enfriado al aire

Pasivado opcional

Repasado y expedición

Espesores del recubrimiento

La norma de referencia para el proceso de galvanizado en caliente es la UNE-EN ISO 1461. Según la misma, las piezas galvanizadas deben tener los siguientes espesores de Zinc:

Norma ISO-EN 1461. Tabla 3 – Espesores y masa mínimos del recubrimiento sobre muestras sin centrifugar

Norma ISO-EN 1461. Tabla 4 – Espesores y masa mínimos del recubrimiento sobre muestras centrifugadas

Formación de las capas de Aleación


Durante el proceso de galvanización en caliente, se forman tres capas de aleación en la relación intermetálica Fe-Zn, además de una exterior de zinc puro que otorga al material unas propiedades de resistencia a la corrosión muy elevadas.

Con este recubrimiento, se forma la llamada “pila galvánica” que protege las piezas galvanizadas ante cualquier raya o daño a nivel local en el que el acero base queda expuesto. Esta es una forma de protección catódica localizada en la que el zinc actúa como un ánodo de sacrificio.

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